jueves, 26 de abril de 2018

Vale la pena.


Ayer tenía que ir temprano a una reunión que quedaba como a 2hrs. de mi trabajo, salimos a las 8:00 y en el recorrido, nos detuvimos un par de veces a ver el amanecer, prefería demorarme cinco o diez minutos, que perder contemplar un lugar espectacular, luego en el camino, vimos un armadillo, y nos detuvimos nuevamente para poder estar cerca de él y poder apreciar tan lindo animal, llegamos 10 minutos tarde a la reunión (que finalmente empezó como a las 10:30), solo puedo decir que valió la pena disfrutar de un fabuloso lugar.



Luego en la noche, estaba en la recepción de un refugio en donde trabajo, un pasajero me preguntó si valía la pena caminar de un lugar a otro para ir a un mirador, pensé "está en la octava maravilla del mundo, quizás es la primera y última vez que lo visitará", le dije "¡claro que vale la pena, mire en donde está, cada recorrido que haga valdrá la pena!, no importa la lluvia, ni el viento, ni el barro, cada uno de esos detalles son parte del viaje de la vida".
Como cristianos  muchas cosas valen la pena, a veces sí,  las olvidamos por la rutina que seguimos en el día a día, porque por ejemplo,  según lo que dice la Biblia, ama a tus enemigos, vale la pena 100% porque lo dice Dios, pero nuestro ego a veces es mayor; vale la pena visitar a una viuda, pero dedicamos nuestro tiempo en hacer otras cosas; vale la pena, no lanzar la piedra al pecador y ayudarlo, pero por nuestro viejo hombre decidimos apedrearlo; vale la pena amar primero a Dios, pero optamos por amar las cosas de este mundo; vale la pena amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos, pero lo olvidamos... Todo esto vale la pena, valió la pena que Jesús fuera a la cruz por nosotros; vale que muramos a nosotros mismos y no alimentemos nuestras pasiones.

Valió la pena en su momento que grandes personas dieran un paso más, que confiaran, que con su fe agradaran a Dios e hicieran cambios en la historia, valió la pena para quiénes murieron a causa de Cristo y valdrá la pena para nosotros también si es que nos toca estar en ese momento. La Biblia en general, está llena de temas que valen la pena 

Si algo vale la pena, hay que hacerlo, a veces solo tenemos una oportunidad de vivir una experiencia, como por ejemplo levantarse temprano y ver un bello y rojo amanecer.

Si vale la pena hazlo.


Que tu vida y lo que haces valgan la pena.Buen día y bendiciones.

domingo, 20 de agosto de 2017

Cuando Dios habla de amar.

Creo que en este último tiempo, en los últimos años, en el pasar de la vida, me he dado cuenta de que la base de todo es el amor, quizás muchos los saben, quizás todos piensen de la misma manera, de hecho es la base de muchas religiones, de muchos movimientos, de variados estilos de vida, pero como cristiano me centraré en la base bíblica, para comenzar, Dios es amor (1 Juan 4:8), con solo estas tres palabras, podría hacer una reflexión aparte, centrándome en la historia de como Dios ha demostrado su amor en la Biblia, o en cómo Dios ha trabajado el amor, y ha sido amor conmigo. El mejor mensaje o reflejo de amor lo encontramos en Juan 3:16, cuando habla de que por amor Dios envió a Jesús para morir por nosotros.
Quiero ahondar más en el día a día, en la práctica, quizás sabemos mucha teología, basta teoría, hemos estudiado complejos materiales, o escuchado emocionantes canciones del amor, y lo hemos dicho en más de una ocasión "te amo", pero va más allá, en la acción, creo que cuando Dios habla de amar, es el reflejo de él, es lo que debemos practicar día a día, es la conexión que logramos y profundizamos con Él, conmigo, y con los demás. La forma de llevarlo a cabo, es tan simple... es amando, y a esto me refiero que debe ser hecho con acciones.
"Amados, amémonos unos a otros." 1 Juan 4:7a.
Amemos a nuestros padres, cuando Dios habla en la Biblia de amar, se me viene a la mente de cuando nos enseña a honrarlos y respetarlos, salgamos de nuestra rutina, vamos a visitarlos de sorpresa, démosnos un tiempo con ellos, digámosles que los amamos, sorprendámoslos.
Amemos a nuestros hermanos, seamos cómplices, démosles un fuerte beso, prestémosles dinero sin después cobrárselo, invitémosles a ver la película que tanto desean.
Amemos a nuestra pareja, cuando Dios habla de amar a la pareja, recuerdo los hermosos versos del libro de Cantares, entregémosnos a nuestra pareja, sacrifiquemos nuestro tiempo, hagamos que con detalles se enamore día a día de nosotros. 
Amemos a nuestros amigos, cuando Dios habla de amar a nuestros amigos, habla de que el regalo más grande es dar la vida por ellos, me impresiona que mencione eso, cuando habla del proverbios "en todo tiempo ama al amigo", a veces me cuesta un poco, porque pienso que en ocasiones somos un poco despreocupados, o que fallamos a nuestros amigos, pero cuando dice en todo tiempo, es y debe ser siempre, y pienso que es más necesario en los tiempos de dificultad, amemos a nuestros amigos, y has sé como hermanos como menciona la Biblia.
Amemos a nuestros enemigos, cuando Dios habla de amar a nuestros enemigos, a veces pienso que es una teoría demasiado desquiciada, pero tiene razón, porque nos invita a trabajar con nuestro ser interior, a perdonar y a ser mejores personas, y debe ser desde la profundidad de nuestro corazón y de verdad, te invito (y me invito) a dar una muestra esta semana de amor a nuestros enemigos (que quizás no son enemigos a muerte, pero quizás es alguien de quien no hemos estado en muy buena relación), rompamos el orgullo de nuestros corazones y seamos valientes y capaces de ser como Jesús al perdonar y dar amor.
Ama... como a ti mismo, Dios nos habla y dice que debemos amarnos, ¿cómo lo hacemos, cómo lo demostramos?, primero creo que respetándonos y cuidándonos, siguiendo a Dios, y haciendo lo mejor que podemos para nosotros mismos, lo mejor que puedo hacer para mí.

Creo que he sido muy bendecido con las personas que Dios ha puesto a mi alrededor, me ha permitido amar y ser amado de muchas maneras, la que más recuerdo es la de mi abuelita, que ya no está en esta tierra conmigo, pero me enseñó mucho de amor,  con mis hermanos también, que tenemos una relación muy de cómplices, que puedo abrazarlos, reír y llorar con ellos, a pesar de que están lejos, hay una cercanía muy importante, lo mismo que con otros familiares. Con lo que a veces más veo el reflejo del amor de Dios, es con algunos amigos, que pese a no haber unión sanguínea, al tiempo y distancia el amor está presente, que está la confianza de decirnos las cosas, de reír, llorar, orar, debatir, abrazar, acompañarnos, estar presentes.  Con algunas personas es tan mágico por decirlo de alguna manera, que la conexión que Dios permite que haya es muy fuerte, y si alguno se duele, nos dolemos con él, si están felices, nosotros también, similar a lo que Dios menciona del cuerpo.

Ama a Dios, cuando Dios habla de amarlo a Él, es un poco complicado quizás al verlo así, pero es el mejor amor que hay, y Dios dice que lo amemos con todo (corazón, mente, alma y fuerzas) Marcos 12:30, es la invitación de hoy, porque con amarlo a Él, podremos amar a los demás y a nosotros.

¿Qué responderías si Jesús te pregunta lo mismo que a Pedro "¿Pedro, me amas?"?, espero que no solo la respuesta de nuestra boca sea sí, sino la respuesta de todo nuestro ser; y si es no, no esperemos más para empezar a amar a Dios.

Un fuerte abrazo querido lector, cuando Dios habla de amar, es porque quiere que eso practiquemos hoy.


viernes, 15 de julio de 2016

Doctor Kane.


El 15 de febrero de 1921. Ciudad de Nueva York. Sala de cirugía del Hospital Kane Summit. Un cirujano está llevando a cabo una operación de apendicitis.
En diversas maneras, los hechos que llevan a la operación son normales. El paciente se ha quejado de fuertes dolores abdominales. El diagnóstico es claro: un apéndice inflamado. El Dr. Evan O´Neill Kane está realizando la operación. En su distinguida carrera médica de treinta y siete años, ha realizado casi cuatro mil operaciones de apendicitis, de modo que esta tendría que ser absolutamente rutinaria. Y lo es, excepto por dos razones.
¿La primera novedad en esta operación? El uso de anestesia local en una cirugía mayor. El Dr. Kane ve demasiados peligros en la anestesia general. Afirma que una aplicación local es más segura. En principio, varios de sus colegas están de acuerdo con él, pero para empezar a aplicarla tiene que ver primero la teoría aplicada.
El Dr. Kane busca un voluntario, un paciente que esté dispuesto a someterse  a cirugía con anestesia local. No es fácil encontrar un voluntario. Muchos se resisten a la idea de estar despiertos durante su operación. Otros tienen miedo que el efecto de la anestesia pase mientras aún la operación se está realizando.
Finalmente, el Dr. Kane encuentra un voluntario. Así, la mañana del martes 15 de febrero, todo está listo para la histórica operación.
Preparan al paciente y lo llevan en una camilla a la sala de operaciones. Se le aplica anestesia local. Como lo ha hecho miles de veces, el  Dr. Kane rasga el tejido superficial y localiza el apéndice. La realiza con destreza y la concluye con éxito. El paciente dice solo tener pequeños malestares.
Lo llevan a la sección de post operados y  luego  lo llevan a una habitación en el hospital. Se recupera rápidamente y dos días después le dan de alta.
El Dr. Kane ha probado su teoría. Gracias a la disposición de un valiente voluntario, demostró que la anestesia local era una alternativa viable y aún preferible.
Pero dije más arriba que había habido dos factores que habían hecho de esta operación algo singular. Me he referido al primero: el uso de anestesia local. El segundo es el paciente. El valiente candidato para la cirugía del Dr. Kane fue el Dr. Kane.
Para probar su punto, el Dr. Kane se operó a sí mismo.
Una movida astuta. El doctor se transformó en paciente para convencer a los pacientes a que confiaran en el doctor.
He contado esta historia a varios profesionales médicos. Y todos han tenido la misma reacción: cejas levantadas, sonrisa burlona y cinco palabras de duda <>.
Quizás lo sea. Pero la historia del doctor que fue su propio paciente es leve comparada con la historia de Dios que se hizo humano. Pero Jesús lo hizo. De modo que tanto usted como yo podemos creer que el Sanador conoce nuestros dolores porque voluntariamente se hizo como uno de nosotros. Se colocó en nuestra posición. Sufrió nuestros dolores y sintió nuestros miedos.
¿Rechazo? Lo sintió. ¿Tentación? La tuvo. ¿Soledad? La vivió. ¿Muerte? La probó.
¿Y cansancio? Él podría escribir un éxito de librería sobre el tema.
¿Por qué lo hizo? Una razón. Para que cuando usted sufra, vaya a Él – su Padre y su Médico- y deje que lo sane.


Max Lucado, En el Ojo de la Tormenta. Un día en la vida de Jesús. Capítulo 2. Dios bajo presión.

lunes, 8 de junio de 2015

Cuando se es nuevo o visita en la iglesia.

Cuando estuve de vacaciones el año pasado, asistí a algunas iglesias amigas de visita u observador, o para dar algún tema bíblico… Es lindo ver personas que uno conoce y tiene cariño, ver personas que años atrás eran niños y ahora están entrando a la universidad (¡qué viejo me hace sentir esto!, a pesar de que aún soy joven).
Como estuve de visita, quise tomar esa mirada en algunas iglesias locales y conversar con amigos de otras iglesias también, y que raro  fue, e incómodo a la vez ser visita en una iglesia. Quiero compartir algunos consejos para las personas que van por primera vez a la iglesia o llevan poco tiempo congregándose en una iglesia local y también otras recomendaciones para los que son miembros antiguos,  para que las visitas o nuevos no sientan que somos extraterrestres o de otro mundo (aunque bíblicamente no pertenecemos a este mundo, pero haciendo referencia a nuestro modo de vivir).
El objetivo de la reflexión es que podamos meditar en algunos aspectos que como cristianos debemos mejorar en nuestra congregación cuando recibimos a alguna visita o alguna persona que es nueva en la iglesia.
Para los nuevos o visitas, es normal entender muy poco de lo que se habla, ya que generalmente en las iglesias evangélicas (que es lo que más conozco) hablamos en un idioma muy “evangélico”, como por ejemplo “Reciban la gloria de Dios”, “Que Dios se manifieste”, “Que la gracia de Dios toque tu vida”, “Amén”,  “Que se derrame el Espíritu Santo”, “Entrar en la presencia de Dios”, “Lluvias de Bendición caerán”, “Jesús, Dios, Jehová, Señor, Padre”, “Gloria a Dios”  y muchas otras palabras que escucharás seguramente o has escuchado, pero que no entiendes bien a qué se refiere, ya pronto irás entendiendo, y no todos hablamos así, como consejo para los  miembros de una iglesia, no hablemos tan “evangélicamente”, si bien, Dios da entendimiento, no es necesario confundir o dejar con dudas a las personas nuevas, de hecho, debemos aclararle sus dudas.
El amor de Dios, generalmente en las iglesias locales hablamos mucho sobre el amor de Dios, pero qué hacemos cuando llega alguien nuevo, o alguien no muy social que no es amigo de nuestro “grupo”, lo vamos a saludar, le decimos “Hola, bienvenido, Dios te bendiga”, y luego no lo tomamos en cuenta durante la reunión, hasta que acaba y le mencionamos “que agradable fue tenerte con nosotros, espero puedas venir la próxima semana, te amamos en el amor de Dios”, pero durante la semana ni nos preocupamos en hacerle siquiera una llamada telefónica, bueno, ni siquiera en la reunión se acerca la gente para saludarte en ocasiones, como consejo, no solo hablemos del amor de Dios, sino que pongamos en práctica este amor. O si no, esa persona es probable que no regrese.
La música, muchas veces el centro de las iglesias (lamentablemente), o parte del show, donde se levanta las manos, se cierra los ojos, llora, etc., para los nuevos, muy raro, para los que llevan un tiempo, quizás por copiar, y los más antiguos, no explicamos el sentir de adoración, que no depende de la música, sino de nuestra experiencia con Dios, nuestra humillación y reconocimiento de que Dios, es Dios (rey, salvador, amigo, padre, consolador, etc.). Visita, no es necesario que mueva la boca y se haga que está cantando para que los demás lo vean, si no lo quiere hacer, trate de meditar en las letras de las canciones, que eso es algo importante, si tiene fea voz, y quiere cantar, hágalo, Dios se fija en nuestro interior, podemos cantar hermoso, pero ser vanidoso con ello, y Dios, seguramente ahí nos escucha como tarros simplemente. Hermano cristiano, trate de explicar lo que estamos cantando, porqué lo hacemos, cuál es el sentir de la canción, qué historia tiene el himno, porqué aplaudimos, etc. Si no lo sabe y lo hace porque es bonita la canción, busque usted también.
La predicación: Es el momento donde alguna persona, generalmente pastor o líder de la iglesia, pasa adelante a hablar, se espera obviamente que sea de la Biblia, consejos de ella, llamados, temas por mejorar de nosotros, alguna historia, etc., a veces se usa un vocabulario un poco confuso también, y referente al tiempo, se puede estar de 15 a 1 hora o más hablando, créanme, a las visitas les da sueño, escuchar algo que no está en “su idioma” y también cuando nos alargamos mucho, no es una rendición de cuentas del presidente, es hablar de Dios, ojalá no tan largas, porque está científicamente comprobado que después de mucho hablar perdemos la atención del escucha, nos comienza a dar sueño o comenzamos a pensar en otras cosas, nuestra mente divaga. Señor predicador, sea breve, sea concreto, no sea tan plano para hablar por favor.
La ofrenda: Quizás para una visita o alguien nuevo en la iglesia, por un tema de influencia cultural, cree que la ofrenda es como “el sueldo del pastor” o el “precio de la entrada a ese lugar”, no es así, sino que el dinero se usa para la compra de materiales para la iglesia, para reparaciones, gastos generales, igual bien, el pastor recibe un salario, de parte de los diezmos, pero es una paga por el trabajo que realiza, ya que es su única función (al menos en la iglesia que voy), en otros lugares, y más en estos tiempos, los llamados pastores efectivamente se preocupan mucho del dinero, y la prosperidad… lucran con esto. Si va a una iglesia no tenga vergüenza de preguntar qué se hace con el dinero, una iglesia transparente en sus finanzas va a aclarar el paradigma de que es un negocio más, y ese no es el propósito. Primeramente debemos tener en cuenta que la ofrenda a Dios debemos ser nosotros y nuestras vidas. Hermanos cristianos, expliquemos a los nuevos, en qué consiste la ofrenda y el diezmo. Visita o nuevo en la iglesia, si la congregación en la que está yendo, solo hablan de dinero, prosperidad, bienes materiales, aléjese de ellos.
Un show o club social: A veces es mirado como esto, el culto como un show, ya que es siempre lo mismo (oración de bienvenida, saludos, lectura bíblica, música, oración, música lenta, predicación, ofrenda con música, música, despedida). Un club social, porque solo nos vemos algunos días de la semana y tenemos nuestras reuniones programadas. Por favor si lo ve así, o si lo hacen así en su congregación, no vea eso, sino que vea lo importante que es congregarse en una iglesia local, es necesario para se rodee de gente pecadora e imperfecta (esto para mí primeramente), pero con ganas de mejorar y acercarse a Dios y ser más como él, porque así, podemos mejorar juntos y vivir grandes experiencias, y más que un show, trate de ver a Dios, de aprender, vea y saque lo bueno de esas experiencias. Ya, si ve algo muy raro, gritos, saltos, que “levitan” (no es literal, solo una exageración) o hablan más de dinero, de prosperidad, en vez de hablar de Dios, de ser como él, tenga ojo y cámbiese de iglesia.
¿Voy por mis amigos o voy por Dios?: Si bien, el conocer gente cristiana es de mucha bendición, no pierda el propósito de reunirse con sus hermanos, aprender más de Dios, y de poder servir en una comunidad, no vaya o deje de ir por personas “x” (amigo, novia, familiar, etc.), que si no van ellos, no voy yo, porque eso no es lo fundamental. Aproveche sí, de conocer y hacer una relación con cristianos, si bien, somos imperfectos, tratamos de demostrar amor y no solo sábados y domingo, sino, durante todos los días del año, eso es lo que debería ser, esto último un consejo para los que somos cristianos.
Busque gente que le pueda ayudar a entender mejor: Dios no por casualidad permitió que usted pudiera ir a la iglesia, quizás algún amigo o familiar lo invitó, quizás llegó solo, sea como sea, fue por amor a Dios, él lo buscó, y aunque no entienda nada las primeras veces que vaya, de un paso más, sea valiente y atrévase a acercarse a alguien y pregúntele lo que no entienda, quizás después de la reunión se puede acercar al pastor, o también a alguna persona que note que es alguien que lleva tiempo, se dará cuenta de inmediato, ya que es el clásico hermano que saluda a todos, anda con una sonrisa, a veces con la Biblia bajo el brazo, quizás tiene alguna participación en la reunión como abrir la puerta, retirar la ofrenda, cantar, estar en la amplificación, tocar algún instrumento, etc. Si bien, como mencioné en párrafos anteriores, efectivamente nos pueden ver como seres raros, y en cierta parte es porque no somos ni queremos ser como las personas de este mundo, sino, porque queremos ser como Jesús y obedecerle a él.
Aunque se sienta incómodo, no olvide que Dios tiene un propósito para usted, y nada hace por casualidad.

Hermanos, aprendamos de la iglesia antigua, copiemos lo que leemos en el libro de Hechos, o en otras partes de la Biblia, consejos de Jesús, Pablo, Juan, etc. Dios nos guíe a no ser piedra de tropiezo para las nuevas personas sino de edificación y bendición.
"Todos los que habían creído estaban juntos, y tenían en común todas las cosas; y vendían sus propiedades y sus bienes, y lo repartían a todos según la necesidad de cada uno.
Y perseverando unánimes cada día en el templo, y partiendo el pan en las casas, comían juntos con alegría y sencillez de corazón, alabando a Dios, y teniendo favor con todo el pueblo. Y el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos."

Hechos 2:44-45.

Mis mejores deseo, querido lector.

domingo, 7 de junio de 2015

Jesús extiende su mano.

Mateo cuenta la siguiente historia:

"En seguida Jesús hizo a sus discípulos entrar en la barca e ir delante de él a la otra ribera, entre tanto que él despedía a la multitud.
Despedida la multitud, subió al monte a orar aparte; y cuando llegó la noche, estaba allí solo.
Y ya la barca estaba en medio del mar, azotada por las olas; porque el viento era contrario.
Mas a la cuarta vigilia de la noche, Jesús vino a ellos andando sobre el mar.
Y los discípulos, viéndole andar sobre el mar, se turbaron, diciendo: ¡Un fantasma! Y dieron voces de miedo.
Pero en seguida Jesús les habló, diciendo: ¡Tened ánimo; yo soy, no temáis!
Entonces le respondió Pedro, y dijo: Señor, si eres tú, manda que yo vaya a ti sobre las aguas.
Y él dijo: Ven. Y descendiendo Pedro de la barca, andaba sobre las aguas para ir a Jesús.
Pero al ver el fuerte viento, tuvo miedo; y comenzando a hundirse, dio voces, diciendo: ¡Señor, sálvame!
Al momento Jesús, extendiendo la mano, asió de él, y le dijo: ¡Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste?
Y cuando ellos subieron en la barca, se calmó el viento.
Entonces los que estaban en la barca vinieron y le adoraron, diciendo: Verdaderamente eres Hijo de Dios."

Mateo 14:22-33.

Nosotros como personas tenemos varias opciones, ir en el bote y seguir con nuestras vidas ordinarias, avanzando en las aguas, pescando, recorriendo libremente, a veces sin dirección, solo por andar en el mar, otras con el propósito de "pescar algo", quizás alcanzar alguna meta, un proyecto personal; pero también otras veces somos azotados por las olas, donde el viento es contrario a nosotros, el mundo va en una dirección como las olas y el viento y nosotros como cristianos vamos en contra de ellos, no sabemos qué hacer, pero Dios en su misericordia aparece de alguna u otra forma en nuestras vidas, nosotros, por algo natural, tememos, nos turbamos a interrumpir por alguna razón (porque nos escogió) el curso natural de nuestras vidas, nos haya ido bien o mal según nuestra opinión, pero se aparece, y nosotros dudamos de quién realmente es, y nos dice "no temas, soy yo" y luego como Pedro, nosotros más encima queremos probar si realmente es Jesús, pero él, nos  invita a hacer algo fuera de lo común, salir de nuestra comodidad, de lo que conocemos y todos hacemos, nos pide algo más, pero antes nos invita y dice  "Ven", lo extraordinario es que podemos caminar sobre las aguas, lo extraordinario es que él nos llama a dar un paso de fe, nos atrevemos a salir de nuestro bote, este encuentro extraordinario, en el que Jesús nos dice "ven", puede pasar en un momento de dificultad, donde nuestro bote está siendo azotado, puede ocurrir en un día soleado, en un día de pesca, puede ocurrir en cualquier lugar, en cualquier momento, pero lo que sí ocurre siempre, y siempre de la misma forma es que Jesús nos dice "ven", dándonos ánimo además. Bien, accedimos finalmente, salir de nuestro bote, para caminar de otra manera, para hacerlo de una forma extraordinaria, ¡fuera del bote!, ¡sobre el agua! y ahí comenzamos a avanzar, aunque a veces tenemos miedo, nos desenfocamos de lo que estamos haciendo, comenzamos a preocuparnos de otras cosas, y dejar de fijar nuestros ojos en Jesús, sino que en el viento, en las olas de la vida, con esto comenzamos a hundirnos, nos empezamos a desesperar, cada vez se hunden más nuestros pies, pero no olvidemos que Jesús nos dijo ven, él nos invitó, él nos escogió, por ende pidamos ¡Jesús, sálvame!, inmediatamente Jesús extiende su mano y nos sujeta fuertemente, nos levanta y nos saca de esa situación de inundación y ahogo, de ese problema, de ese momento de descenso espiritual; nos rescata y nos exhorta, y pregunta porqué dudamos, cuál es el motivo de nuestra falta de fe, si nos muestra que es capaz de calmar el viento, de tomarnos de la mano, de llamarnos, de escogernos... y nosotros no somos a veces capaz de confiar, si sabemos que es verdaderamente el Hijo de Dios.
Quizás es una metáfora de esta gran historia, pero aplicable como reflexión a nuestras vidas, sobre Jesús, que nos llama y extiende su mano para salvarnos y ayudarnos.

Dios nos guíe querido lector, a que cuando caminemos por las aguas, fijemos nuestra mirada en Jesús, y si nos comenzamos a hundir, tener presente que él extiende su mano, para sostenernos, para levantarnos, para que sepamos que nos da otra oportunidad, para que nos aferremos a él.

Bendiciones al que lee, Dios nos ayude a reflexionar y sostener la mano de Jesús.

martes, 2 de septiembre de 2014

Más dulce que la miel.


Este mes, como muchos cristianos saben, se celebra el mes de la Biblia, la Palabra de Dios. Averigüé, el porqué de esta celebración y encontré lo siguiente:
La iglesia protestante evangélica celebra el Mes de la Biblia en Septiembre, porque el 26 de de Septiembre de 1569, se concluyó la impresión de la Biblia en español llamada la “Biblia del Oso” (en su portada aparece un oso comiendo miel de un panal).
Esta traducción, que posteriormente fue revisada por Cipriano de Valera en 1602, dio origen a la famosa versión “Reina Valera”, tan reconocida y amada por los evangélicos hasta hoy.
Fue traducida por Casiodoro de Reina, y en esa oportunidad se imprimieron 260 ejemplares en Basilea, Suiza.

Fuente: Sociedad Bíblica Chilena.Ante esto, comencé a buscar sobre la Biblia del oso, y vi la imagen que está en la parte superior izquierda de este escrito.

Cuando vi la imagen, recordé de inmediato los antiguos dibujos animados, donde mostraban a algún oso buscando miel, cuánto luchaban por conseguirla, recuerdo que el mamífero colocaba sus patas superiores en el panal y empapaba sus manos con miel, para luego poder degustar de ella, ¡qué deleite era probar tal dulce sabor!

Salmos 119:103 dice:

¡Cuán dulces son a mi paladar tus palabras!
Más que la miel a mi boca.

Hago una comparación a nuestra necesidad de miel, al deleite que es tener la palabra de Dios en nuestras vidas, poder leerla, poder disfrutar, aprender, crecer, cambiar con ella.
Más dulce que la miel a nuestra boca, y tal como la miel, la Biblia también tiene muchos beneficios.
La miel por ejemplo, cura la tos, es eficaz para sanar heridas de la piel, produce un efecto calmante a nuestro cuerpo, fortalece el corazón, ayuda a la digestión, es rica en calorías; y la Biblia de forma similar, cura y sana nuestras heridas, produce un efecto de paz, fortalece nuestro corazón, ayuda a nuestra digestión espiritual, es rica en "calorías", ya que nos da fuerzas para seguir adelante,y mucho más.

Dios nos ayude a ser como ositos, que buscan y quieran conseguir la miel, y disfrutar de ella, leerla, estudiarla y hacerla parte de nosotros.
Bendiciones querido lector, endulcemos con la palabra de Dios.




sábado, 9 de agosto de 2014

Marcas y recuerdos.


Hoy, aprovechando que estoy en la ciudad donde nací, tuve la oportunidad de ir al sector donde viví desde que llegué al mundo hasta que era adolescente, era un hermoso sector, no vivía tanta gente, , estábamos cerca de la playa, en la calle de mi casa había un cementerio (que aún está), una planta bencinera (que hoy es sitio baldío), una empresa donde dejaban basura (ahora es una pampa llena de árboles), varias florerías, una empresa de transporte de carga (actualmente es una casa vacía), una casa con un sitio muy grande, donde íbamos a sacar manzanas (actualmente hay unos grandes departamentos), una pampa con varios pinos, un pantano, un árbol donde pasábamos horas conversando. Me encontré con unos vecinos, que se alegraron mucho en verme, y también vi a uno de sus hijos, con el que siempre nos juntábamos. Fue un grato momento, saber un poco de ellos, de sus familias, un poco triste también saber de los vecinos que han fallecido en el último tiempo, habían varios ancianos en ese sector, pero es parte de la vida; fue fabuloso también recordar que en ese lugar jugué, compartí con amigos (en ese lugar éramos como diez niños, pero siempre nos juntábamos seis), estudié, aprendí a andar en bicicleta, entre muchas otras cosas, una de las cosas más fantásticas fue ver el sitio donde vivía, eran dos casas, la de mis papás y la de mi abuelita, ahora solo está la de ella, pero actualmente viven otras personas, ya que ese sitio se vendió y mi abuelita falleció hace varios años atrás.
Al regresar a casa de papá, después de esa visita, me dio alegría y nostalgia estar ahí y recordar, fueron lindos tiempos, lo guardo en mi corazón. Me detuve un momento a pensar en lo que ese sector marcó en mi vida, de esas personas con las que compartí muchas veces, pero también meditaba en las marcas que dejé, y me preocupé un poco, del grupo de amigos, siempre jugábamos, andábamos en bicicleta, pero también hacíamos cosas indebidas, quizás algunas típicas travesuras de niños, pero otras que eran un poco más extremas que simples juegos, del grupo de vecinos era uno de los mayores, y quizás muchas veces no fui buena influencia para ellos, tal vez hay cosas que no se pueden remediar, aunque también hay cosas hermosas que se guardan en el corazón como un gran tesoro.
Tuve la oportunidad de ser de edificación y bendición para otros, y estuvo en mí aprovecharla o no. Pido a Dios, que haya sido una persona que marcó de forma positiva a las personas que conocí en mi pasado, aunque sé que no, en algunas ocasiones; pido perdón a Dios por eso, pero estoy seguro que Dios da nuevas oportunidades, en mi caso, quizás no lo será con estas personas, porque ya no las veo, pero día a día puedo ser de ayuda, una buena influencia para las demás personas.

¿Tú, has dejado marcas en otros?, ¿cómo han sido esas marcas?
Espero que ambos, podamos ser recordados de buena manera frente a otros, pero no por nuestros logros, si no por reflejar a Dios, en todo momento y lugar, no solo en la iglesia. Más que eso, pido a Dios, que podamos dejar marcas, que duren para la eternidad y sean de bendición.

Recuerdo los textos de 1 Timoteo 3:7, 1 Pedro 2:5 y 12
"También es necesario que tenga buen testimonio de los de afuera, para que no caiga en descrédito y en lazo del diablo."
"Vosotros también, como piedras vivas, sed edificados como casa espiritual y sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo."
"Manteniendo buena vuestra manera de vivir entre los gentiles; para que en lo que murmuran de vosotros como de malhechores, glorifiquen a Dios en el día de la visitación, al considerar vuestras buenas obras."

Dios nos guíe querido lector.