lunes, 8 de julio de 2013

¿Cómo están nuestras alas?

En esta imagen vemos dos mariposas, una de ellas, con sus alas gastadas, la otra con sus alas en buenas condiciones.
Me pregunto, ¿qué le pasó a la que tenía sus alas rotas?, quizás anduvo en lugares que no debía o quizás luchó con algún otro insecto, a lo mejor pasó a chocar con algo, no lo sabemos, menos a la otra que está con sus alas completas, quizás es más precavida. Pienso en ambos insectos y pienso en nosotros, ¿cómo están nuestras alas?, ¿te está costando volar?

Sabes, por muy difícil que creas que es restaurar "tus alas", te digo que tienes razón, estuve más de un mes de vacaciones y tenía ganas de restaurarme, porque me sentía cansado, si bien, fui al cine, teatro, vi amigos, familia, hice algunos viajes, etc., no logré hacerlo al 100%, pero ayer estuve en un Encuentro y siento que renové nuevamente mi vida, mis alas fueron restauradas por Dios (bien dice la Biblia que mejor es estar un día en su casa que mil años lejos de él). A veces pensamos en restaurarnos por nuestras fuerzas, con nuestros métodos, pero no podemos porque solo Dios puede hacerlo.

La Biblia dice en Isaías 40:29-31
"Él da esfuerzo al cansado, y multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas.
Los muchachos se fatigan y se cansan, los jóvenes flaquean y caen;
pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán."
Si en este momento te sientes como la mariposa que tiene las alas heridas, confía en Dios y deja que él renueve tu vida, te dé nuevas fuerzas y levantes tus alas.
Bendiciones estimado lector.

viernes, 5 de julio de 2013

En la barca.

Buen día a todos, hoy comparto mi lectura de la mañana, espero que sea de bendición para cada uno.
 Y entrando él en la barca, sus discípulos le siguieron.
"Y he aquí que se levantó en el mar una tempestad tan grande que las olas cubrían la barca; pero él dormía.
Y vinieron sus discípulos y le despertaron, diciendo: ¡Señor, sálvanos, que perecemos!
El les dijo: ¿Por qué teméis, hombres de poca fe? Entonces, levantándose, reprendió a los vientos y al mar; y se hizo grande bonanza.
Y los hombres se maravillaron, diciendo: ¿Qué hombre es éste, que aun los vientos y el mar le obedecen?"

Mateo 8:23-27.
¿Quién es para ti, quién es para mí ese hombre que aun los vientos y el mar le obedecen?, sea cual sea la tempestad que estemos pasando, aunque pensemos que las olas nos van a ahogar y nos llevará a lo más profundo del mar y/o el viento nos va a botar y lanzar lejos, recordemos que Jesús está avanzando con nosotros en la barca.
¡Señor, sálvanos que perecemos!, ayúdanos Dios, ayúdanos a tener fe, de que tú nos salvas.

Bendiciones y buen día estimado lector.