Quiero ahondar más en el día a día, en la práctica, quizás sabemos mucha teología, basta teoría, hemos estudiado complejos materiales, o escuchado emocionantes canciones del amor, y lo hemos dicho en más de una ocasión "te amo", pero va más allá, en la acción, creo que cuando Dios habla de amar, es el reflejo de él, es lo que debemos practicar día a día, es la conexión que logramos y profundizamos con Él, conmigo, y con los demás. La forma de llevarlo a cabo, es tan simple... es amando, y a esto me refiero que debe ser hecho con acciones.
"Amados, amémonos unos a otros." 1 Juan 4:7a.
Amemos a nuestros padres, cuando Dios habla en la Biblia de amar, se me viene a la mente de cuando nos enseña a honrarlos y respetarlos, salgamos de nuestra rutina, vamos a visitarlos de sorpresa, démosnos un tiempo con ellos, digámosles que los amamos, sorprendámoslos.
Amemos a nuestros hermanos, seamos cómplices, démosles un fuerte beso, prestémosles dinero sin después cobrárselo, invitémosles a ver la película que tanto desean.
Amemos a nuestra pareja, cuando Dios habla de amar a la pareja, recuerdo los hermosos versos del libro de Cantares, entregémosnos a nuestra pareja, sacrifiquemos nuestro tiempo, hagamos que con detalles se enamore día a día de nosotros.
Amemos a nuestros amigos, cuando Dios habla de amar a nuestros amigos, habla de que el regalo más grande es dar la vida por ellos, me impresiona que mencione eso, cuando habla del proverbios "en todo tiempo ama al amigo", a veces me cuesta un poco, porque pienso que en ocasiones somos un poco despreocupados, o que fallamos a nuestros amigos, pero cuando dice en todo tiempo, es y debe ser siempre, y pienso que es más necesario en los tiempos de dificultad, amemos a nuestros amigos, y has sé como hermanos como menciona la Biblia.
Amemos a nuestros enemigos, cuando Dios habla de amar a nuestros enemigos, a veces pienso que es una teoría demasiado desquiciada, pero tiene razón, porque nos invita a trabajar con nuestro ser interior, a perdonar y a ser mejores personas, y debe ser desde la profundidad de nuestro corazón y de verdad, te invito (y me invito) a dar una muestra esta semana de amor a nuestros enemigos (que quizás no son enemigos a muerte, pero quizás es alguien de quien no hemos estado en muy buena relación), rompamos el orgullo de nuestros corazones y seamos valientes y capaces de ser como Jesús al perdonar y dar amor.
Ama... como a ti mismo, Dios nos habla y dice que debemos amarnos, ¿cómo lo hacemos, cómo lo demostramos?, primero creo que respetándonos y cuidándonos, siguiendo a Dios, y haciendo lo mejor que podemos para nosotros mismos, lo mejor que puedo hacer para mí.
Creo que he sido muy bendecido con las personas que Dios ha puesto a mi alrededor, me ha permitido amar y ser amado de muchas maneras, la que más recuerdo es la de mi abuelita, que ya no está en esta tierra conmigo, pero me enseñó mucho de amor, con mis hermanos también, que tenemos una relación muy de cómplices, que puedo abrazarlos, reír y llorar con ellos, a pesar de que están lejos, hay una cercanía muy importante, lo mismo que con otros familiares. Con lo que a veces más veo el reflejo del amor de Dios, es con algunos amigos, que pese a no haber unión sanguínea, al tiempo y distancia el amor está presente, que está la confianza de decirnos las cosas, de reír, llorar, orar, debatir, abrazar, acompañarnos, estar presentes. Con algunas personas es tan mágico por decirlo de alguna manera, que la conexión que Dios permite que haya es muy fuerte, y si alguno se duele, nos dolemos con él, si están felices, nosotros también, similar a lo que Dios menciona del cuerpo.
Ama a Dios, cuando Dios habla de amarlo a Él, es un poco complicado quizás al verlo así, pero es el mejor amor que hay, y Dios dice que lo amemos con todo (corazón, mente, alma y fuerzas) Marcos 12:30, es la invitación de hoy, porque con amarlo a Él, podremos amar a los demás y a nosotros.
¿Qué responderías si Jesús te pregunta lo mismo que a Pedro "¿Pedro, me amas?"?, espero que no solo la respuesta de nuestra boca sea sí, sino la respuesta de todo nuestro ser; y si es no, no esperemos más para empezar a amar a Dios.
Un fuerte abrazo querido lector, cuando Dios habla de amar, es porque quiere que eso practiquemos hoy.