lunes, 25 de marzo de 2013

X-Men, Nocturno, ejemplo de cristiano.




http://www.peliculasyanime.com/2014/03/x-mentemporada3-cap52-lombriz-nocturna.html
(Aquí se puede ver el capítulo).
 En este último tiempo he estado viendo la serie X-Men, y creo que de esto también uno puede aprender cosas, como hoy lo fue para mí, una vez escuché a Stan Lee en una entrevista, decir que sus series atraían mucho a un público diferente, no a mutantes obviamente, pero si a gente rechazada por la sociedad, pobres, homosexuales, personas con capacidades diferentes, etc., que muchas veces nosotros como humanos, incluso como sociedad cristiana rechazamos y preferimos mantener alejados de nosotros.
La Biblia nos enseña a amar a nuestro prójimo, en Mateo 22:37 a 40 encontramos lo siguiente:
"Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente.Este es el primero y grande mandamiento.
Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.
De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas."
Nos cuesta mucho ser fieles a la palabra de Dios,muchas veces actuamos como Wolverine o como el monje que acusó a Nocturno, odiando a todo el mundo, rechazando a las personas, siendo tercos, siendo hipócritas y personas con maldad en nuestro interior, pero nos es difícil actuar como Nocturno que nos muestra en este capítulo como debería ser un cristiano real, hablando de Dios, y siguiendo lo que dice su palabra, perdonando, viendo que Dios actúa, a pesar de los malos momentos que podamos estar pasando, Dios es capaz de romper duros corazones, como lo hizo en ese capítulo con Wolverine, quien acudió a Dios y reconoció sus faltas, y con el monje,que al final se arrepintió de lo que había hecho,  Dios es capaz de usar a cada uno de nosotros, sin importar como seamos, ya que él se encarga de trabajar en nuestras vidas, solo necesitamos fe y disposición de nosotros.
Dios nos guíe estimados, me llamó la atención este capítulo en varios puntos importantes de como debemos ser como cristianos, de como a veces actuamos y de como somos como iglesia y de las apariencias engañan, en el caso del monje, fue quien llevó a que haya destrucción y en el caso de Nocturno, quizás de los más feos y monstruosos de los X-Men por dentro tiene un corazón especial.
Dios sea con nosotros y nos guíe.
Bendiciones.

domingo, 24 de marzo de 2013

El día en que Dios nos abandonó.


Estimados, espero estén muy bien, dejo con ustedes una reflexión o un llamado escrito por Ulises Oyarzún, un humorista cristiano, graduado en teología, chileno, dejo su página http://www.ulisesoyarzun.org/home/ y su facebook http://www.facebook.com/UlisesOyarzun?fref=ts por si quieren ver videos u otras publicaciones de él.
Para mí, esto que leí ha sido de bendición, hay textos que son un despertar para nuestras vidas.
Dios sea con nosotros, abrazos.


El día en que Dios nos abandonó
                                                      Por Ulises Oyarzún.

Pensábamos que sería un día como otros, uno de esos días en que te preparas desde muy temprano, en medio de ese aire que envuelve toda tu mañana y lo hace especial.
La ropa la escoges especialmente para ese día y con alegría de corazón te diriges al santuario.
Ya cerca del edificio, logras reconocer a los que como tú van también al mismo lugar.
Los acordes de la guitarra dan la bienvenida al grupo de personas que poco a poco toman sus asientos.
La cadencia de la música y sus letras llenas de un aura santo llaman a la adoración.
Luego un desfile de personas tomando su lugar. Todo está bien calculado.
La lectura correcta, una cálida bienvenida, avisos de actividades relevantes, mientras van llegando los últimos rezagados y toman su lugar.
En este santuario no hay espacio para los fracasados ni los perdedores, no hay espacio para los mediocres ni los pecadores. Todos le hemos sacado una sonrisa a la vida y nos adorna la cordialidad y la frescura que engalana nuestras familias felices.
En medio de la ceremonia se acerca el mensajero, levanta su libro sagrado y comienza a articular palabras que exhortan, motivan, reprenden, atemorizan y amenazan. Pero no tengan cuidado, ya estamos acostumbrados. Acostumbrados a pensar que todas esas amenazas no son para nosotros.
No son para nosotros, porque nosotros somos especiales, escogidos, llamados y limpiados.
Toda la ira del Creador vendrá con violencia para esos... no para nosotros, por eso sea la gloria a nuestro amado Dios.
Pero, esperen... algo sucede, algo sorprendente ha sucedido.
¡Sólo aquellos que estamos acá podríamos describir esto!
Dios se hizo presente, por favor créanme, no es ninguna broma.
Es verdad, siempre decimos que Él está, pero es tan familiar ese pensamiento, que en la práctica nunca nos comportamos como si realmente estuviese.
No se cómo explicarlo, pero Dios se hizo presente. Lo vimos, pero no como uno se imagina, Él estaba aquí, esta presencia sin igual apareció entre nosotros.
No se como explicarlo, pero su presencia abandonó el santuario.
Fue como una bocanada de frío intenso que se desplazó entre nosotros y virando hacia la puerta principal salió hacia la calle. Dios se marchó y no volvió más.
No sabemos por qué se fue. Quizás se aburrió de nuestra santidad, esa santidad de las apariencias.
Quizás se fue, porque notó que por mucho que hablábamos bien de Él, nunca nos importó de verdad, quizás no nos hacía falta.
Se marchó.
No sabemos a donde se fue, lo más seguro, es que se fue con todo ese grupo de gente miserable que ante nuestros ojos no tienen remedio.
Nos miramos, fue horrible el momento. El lugar era el mismo, nosotros éramos los mismos, la liturgia era la misma, pero ya nada era igual.
¿Qué hacemos? Algunos desesperados lloraban por no tenerle más entre nosotros, como algo valioso, pero tan común que solo nos dimos cuenta de su importancia cuando vimos que su lugar estaba vacío. Hasta el predicador quedó sin palabras.
¿Ahora qué hacemos? ¿Alguien tiene una idea?
Tenemos que ser inteligentes y maduros, no podemos darnos el lujo de desesperarnos.
Así que nos miramos, algunos tomaron iniciativas excelentes, que luego fueron dándose como algo natural en todos nosotros.
Concluimos que ante la partida de Dios, no podíamos claudicar, este traspiés no nos podía derrumbar.
Teníamos que seguir y seguimos.
Los maestros de niños siguieron su lindo trabajo, los músicos continuaron con su hermoso arte, el predicador siguió contándonos historias, aquellas historias de siempre.
Los líderes seguimos mirando el futuro con optimismo. Son ya varios años de testimonio en el pueblo y esto no podría ni puede detenernos.
¿Pero qué otra cosa esperan que hagamos? es verdad, Dios se fue, pero amamos tanto esto, el prestigio de ser respetados por los demás, de utilizar y atemorizar a los demás en nombre de Dios, que dejar esos privilegios sería inconcebible.

miércoles, 6 de marzo de 2013

Como niños.

Hace unas semanas atrás estaba esperando bus para ir a visitar a unos amigos de otra ciudad, no lo esperaba en el terminal como de costumbre, si no que lo hice cerca de la casa donde actualmente vivo, se supone que a las 19:20 horas aproximadamente estaría a bordo, pero tuvo un retraso.
Aprovechando el momento de espera, comencé a escuchar música y a observar a una familia que me llamó la atención, en especial su hijo que tendría unos 4 años de edad según mis cálculos, que se había puesto a jugar con unas piedras, cuando llegué me saludó de una manera muy cortés, luego llegó otra familia, con dos niños pequeños, un niño y una niña, y el pequeño mencionado primero se acercó a ellos y los saludó, luego de unos minutos comenzaron a jugar los tres (de edades similares) y me llamó la atención la fácil entrada social que tuvieron estos tres infantes, estuvieron como 10 minutos jugando, cuando la familia de la pareja de hermanos tenían que irse, el  otro pequeño se despidió muy dulcemente de ellos.
Esta actitud de los pequeños me llamó bastante la atención, no porque sea algo raro de ver, si no lo que me llamó la atención y me llevó a pensar fue en sus actitudes y ver cuándo nosotros perdemos la inocencia, cuando dejamos de ver lo simple de las cosas, la  igualdad de las personas, sin importar lo social, cultural, religioso, el respeto y amor por los demás. Que maravilloso sería que nosotros los adultos y jóvenes pudiéramos seguir demostrando esa pureza, ternura y confianza en los demás (y que los demás también lo hicieran con nosotros), frente a esto recordé algunos versículos de la Biblia, Marcos 10:13-16
"Y le presentaban niños para que los tocase; y los discípulos reprendían a los que los presentaban.
Viéndolo Jesús, se indignó, y les dijo: Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis; porque de los tales es el reino de Dios. De cierto os digo, que el que no reciba el reino de Dios como un niño, no entrará en él.Y tomándolos en los brazos, poniendo las manos sobre ellos, los bendecía."

Es la actitud que debemos tomar, al nacer de nuevo, tomar una actitud o que haya un cambio en nuestras vidas, de pureza, de inocencia, que todo esto se puede hacer únicamente gracias a Dios, también me acordaba de un versículo que dice lo siguiente

"desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual no adulterada, para que por ella crezcáis para salvación" 1 Pedro 2:2, cuando habla de despojarnos de lo malo nuestro y comenzar a vivir una vida cristiana, ser como niños.
Cuando escuchaba música hubo un momento donde apareció la canción "Eres mi respirar" de Ingrid Rosario, me detuve interiormente en la parte que dice "Estoy, perdido sin ti", refiriéndose a Dios, y meditaba en que eso es lo que nos pasa a cada uno, estamos perdidos sin Dios, ya que es el camino.
Lo que pensaba mientras veía a esos niños, su inocencia y al escuchar la canción, pensaba que no estamos perdidos socialmente, aún podemos avanzar y hacer cambios, nosotros volviendo a nacer y siendo luz, educando a nuestras futuras generaciones a vivir en amor fraternal, además de cuidar la creación de Dios, siendo más conscientes de nosotros y de nuestro exterior, amándonos los unos a los otros y lo principal, teniendo a Dios como número uno en nuestras vidas.
Dios nos guíe estimados, espero cada palabra sea de bendición para tu vida.