Cápsula del Bicentenario

Devocional de www.especialidadesjuveniles.cl espero sea de bendición para uds. tanto como lo es para mi...

CÁPSULA DEL BICENTENARIO, Por Patricia Marroquín.

Como parte de las celebraciones del Bicentenario de Chile, está la "Cápsula Bicentenario", un contenedor de acero inoxidable que guardará variados objetos representativos del 2010. Ésta cápsula se enterrará en la Plaza de Armas, para desenterrarla el año 2110, cuando Chile cumpla 3 siglos de independencia.
Todos podemos participar de este proyecto proponiendo o eligiendo qué objetos irán dentro de ella. Cosas representativas del Chile de hoy, algo así como una "foto panorámica", cosas que describirán con detalle a quienes la vean en 100 años más, quiénes y cómo éramos sus antepasados: Vestuario, cartas, fotos de lugares, personas, animales, música folklórica o contemporánea, los últimos y más sofisticados proyectos o inventos, etc.

Piensa por un momento y responde a esta pregunta: ¿Qué le dejarías tú a la siguiente generación? ¿Cuál sería tu legado?
Sin importar el objeto que colocásemos ahí dentro, temo que luego de 100 años, sólo serán historia. Cosas obsoletas, piezas de museo, personas fallecidas, edificaciones derribadas, lugares que han cambiado su fisonomía, animales que se han extinguido, etc. Sin embargo existe un legado, que ni siquiera el paso de miles de años ha podido destruir, hacer que pase al olvido o de moda. Estamos hablando de la Palabra de Dios.

En una oportunidad Jesús habló con sus discípulos sobre el futuro, les entregó un legado que les prepararía para los acontecimientos y los cambios que vendrían: momentos difíciles, pruebas, persecución, desastres naturales, falsas profecías, etc. Aún así, les prometió que nunca estarían solos y que Él regresaría: "Les aseguro que no pasará esta generación hasta que todas estas cosas sucedan. El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras jamás pasarán". Lc. 21:32-33

Han pasado más de dos mil años desde que Jesús dijo eso y a pesar de todo lo ocurrido y de los cambios que se han experimentado en el transcurso de la historia de la humanidad, la Palabra de Dios sigue intacta, está viva, sigue siendo eficaz y actual, y mantiene todo su poder.

No sé si alguien introducirá un ejemplar de la Biblia en la cápsula del Bicentenario, pero aunque no lo hicieran, podemos tener la seguridad de que ni el paso del tiempo, ni la oposición que muchos puedan tener a la Verdad, logrará que ésta muera o se extinga.

Como líderes, padres, maestros, tenemos el privilegio de ser influencia en la vida de aquellos que vienen detrás de nosotros. Preocupémonos pues de construir un legado que perdure mucho más allá del período de tiempo que tengamos aquí en la tierra, en la vida de nuestros niños, adolescentes y jóvenes. Un legado que ni el paso de los años podrá destruir, porque es poderoso, porque está cimentado en el conocimiento de la Palabra de Dios, es su persona y en el poder del Espíritu de Dios obrando en nuestras vidas, y que pasará de generación en generación.

"Les he escrito a ustedes, padres, porque han conocido al que es desde el principio. Les he escrito a ustedes, jóvenes, porque son fuertes, y la palabra de Dios permanece en ustedes, y han vencido al maligno". 1 Jn. 2:14