lunes, 17 de enero de 2011

Nada Me Faltará




Estimado lector, espero Dios esté guiando tu vida y tú estés dependiendo de él en todo momento, dejo a continuación una de las reflexiones que el Señor me ha entregado, espero ser usado por él y ser de bendición para tu vida.
Saludos.





Salmos 23
23:1 Jehová es mi pastor; nada me faltará.
23:2 En lugares de delicados pastos me hará descansar;
Junto a aguas de reposo me pastoreará.
23:3 Confortará mi alma;
Me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre.
23:4 Aunque ande en valle de sombra de muerte,
No temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo;
Tu vara y tu cayado me infundirán aliento.
23:5 Aderezas mesa delante de mí en presencia de mis angustiadores;
Unges mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando.
23:6 Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida,
Y en la casa de Jehová moraré por largos días.

Dios es fiel al cien por ciento en sus promesas, lo compruebo en cada momento de mi vida, a pesar de mis malas actitudes frente a mi prójimo y también frente a él, frente a mi desobediencia y a los momentos en que creo colapsar, pero ahí está él diciendo YO SOY TU PASTOR; NADA TE FALTARÁ, antes sentía que esta palabra no era para mí, la veía lejana o simplemente no me daba cuenta de que estaba, a pesar de todas las veces que la leí o que la escuchaba. Hace unos años pasé por momentos de dificultad, mis padres se separaron y hubo un tiempo en el que me quedé viviendo solo en mi casa, que se supone era la casa de la familia, pero mi mamá se había ido a otra, mientras mi papá iba a volver a la casa en donde estaba yo, pero hubo un par de semanas en donde me quedé solo, mi madre se llevó casi todas las cosas de la casa, solo quedó lo de mi pieza, un sillón, unas sillas, una mesa, un hervidor eléctrico y algunas otras cosas, fue mi decisión quedarme en esa casa, ya que no quise irme con ella ni con mis hermanos, no me preocupé mucho porque tenía dinero (para alimentarme y trasladarme), tenía internet, y tenía mi tiempo organizado para la universidad, el trabajo y la iglesia, donde trabajaba con el Ministerio de Juveniles. Pasó una semana y comencé a quedarme sin dinero, sin cosas para comer, ya había comentado esto con mis amigos más cercanos, mis amigos amados, pero sin pedir nada, solo para que sepan mi situación y también para demostrarles que era “independiente”, un día sábado, cuando ya habían pasado casi dos semanas me quedaban solo 500 pesos chilenos (aproximadamente 1 dólar) para vivir, eso me alcanzó para pagar el bus que me llevaba a la iglesia y para comprarme un plátano para poder almorzar, esa tarde en los juveniles habían llegado los líderes con los que trabajaba de Argentina y a todos nos habían traído turrones, ¡qué agradecido estaba de Dios en ese momento por el alimento que me daba!, luego en la tarde en la reunión de jóvenes nos dieron café con galletas y un amigo me pagó 5000 pesos que me debía (10 dólares), me sentía agradecido de Dios en ese momento por su inmensa fidelidad, después de la reunión me fui a mi casa y al otro día fui al culto de la iglesia, que era en la mañana, en ese tiempo cantaba en el Ministerio de Alabanza, el culto estuvo normal según yo, el Señor me había hablado y había podido compartir con mis hermanos; cuando me estaba despidiendo uno de mis amigos más cercanos vino a mí, me abrazó y me dio dinero que me había enviado su abuelita, pensaba dentro de mi ¡Gracias Dios por no abandonarme!, abracé a mi amigo y derramé mis lágrimas en él mientras lo abrazaba (estoy muy agradecido por esta familia, cuando entré a la universidad esta misma abuelita dijo que me tendría en sus oraciones, una de sus hijas ha depositado mucha confianza en mí y me ha entregado su amistad, y con este amigo he compartido momentos hermosos, le tengo mucho cariño a esta familia), otra amiga (que también ella y su esposo han sido de bendición para mí, el cual amo mucho a ambos) me dio una carta y dijo que la abra cuando llegue a mi casa, llegué a mi casa, abrí la carta que me había escrito el esposo de mi amiga y me invitaban a vivir con ellos, que mi ropa no la lavara a mano sino que las llevara adonde ellos para que se encarguen y decía muchas cosas más, que nuevamente me hicieron llorar, pero de alegría, de gratitud a Dios por su inmenso amor, siendo yo tan pecador, inmerecedor de todo me amaba tanto y usaba a personas para que me bendigan, desde ese momento me di cuenta de que nada me falta, de que a pesar de que en mi casa no tenía ni siquiera un juego de tazas lo tenía todo, y no por mis obras, no por mi dinero, no por mi independencia, sino porque mi vida la había entregado a Dios y él se encargaría de todo mientras estuviera a su lado y que nada me faltaría jamás.
Ahora pienso igual, en la región donde estoy, estamos pasando por un problema grande, y me encuentro aislado en un parque nacional con mis compañeros de trabajo(trabajo en un hotel dentro del parque), ya que están en paro y las personas tienen barricadas que no dejan ir a la ciudad, pero doy gracias a Dios, porque hasta aquí no me ha abandonado ni a mis compañeros, él hasta ahora y por siempre será fiel. No dejes de buscar a Dios, porque él no es como nosotros que abandonamos, él está con nosotros, está preocupado por la situación en la que nos encontramos, ya sea problemas económicos, de salud, familiares, de tu vida personal, no importa, aprovecha este tiempo de crisis como una oportunidad para acercarte a Dios.
Lucas 12:22-31
12:22 Dijo luego a sus discípulos: Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué comeréis; ni por el cuerpo, qué vestiréis.
12:23 La vida es más que la comida, y el cuerpo que el vestido.
12:24 Considerad los cuervos, que ni siembran, ni siegan; que ni tienen despensa, ni granero, y Dios los alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que las aves?
12:25 ¿Y quién de vosotros podrá con afanarse añadir a su estatura uncodo?
12:26 Pues si no podéis ni aun lo que es menos, ¿por qué os afanáis por lo demás?
12:27 Considerad los lirios, cómo crecen; no trabajan, ni hilan; mas os digo, que ni aun Salomón con toda su gloria se vistió como uno de ellos.
12:28 Y si así viste Dios la hierba que hoy está en el campo, y mañana es echada al horno, ¿cuánto más a vosotros, hombres de poca fe?
12:29 Vosotros, pues, no os preocupéis por lo que habéis de comer, ni por lo que habéis de beber, ni estéis en ansiosa inquietud.
12:30 Porque todas estas cosas buscan las gentes del mundo; pero vuestro Padre sabe que tenéis necesidad de estas cosas.
12:31 Mas buscad el reino de Dios, y todas estas cosas os serán añadidas.

Mientras escribía me acordé de estos versículos de Lucas, de cómo Dios es con las plantas y los animales, y como es con nosotros de amoroso y misericordioso, como úlitmo consejo busca primero el reino de Dios y él se encargará de todo lo demás.
Bendiciones.

jueves, 13 de enero de 2011

Ay, ¡Cómo Duele!




Estimado lector, espero hayas tenido un comienzo de año aferrado a Dios y guiado por él, a continuación les dejo un devocional de www.especialidadesjuveniles.cl, espero sea de ayuda y bendición para sus vidas, igual o mejor a como es con la mia.
Un abrazo.





AY, ¡COMO DUELE! Por Patricia Marroquín

Nuestra vida no es como los cuentos de hadas donde hay algo de dolor, pero siempre termina con un final feliz. La vida real es complicada, enfrentamos episodios muy dolorosos y no siempre terminan como deseamos.
Las pruebas y el dolor no es algo que andemos buscando por gusto, simplemente aparecen, sin pedir permiso, y cuando esto ocurre en medio de nuestro sufrimiento solemos reclamarle a Dios. No podemos entender porque un Dios de amor permite que nos ocurran cosas dolorosas.

El apóstol Pablo conocía en carne propia el devastador efecto del dolor, el mismo sufrió innumerables penurias, por eso en su 2ª carta a los Corintios (1:3-11), les habló con detalle del tema. Resalta en esos versículos la siguiente afirmación:
"Alabado sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre misericordioso y Dios de toda consolación, quien nos consuela en todas nuestras tribulaciones para que con el mismo consuelo que de Dios hemos recibido, también nosotros podamos consolar a todos los que sufren".

Las pruebas y el dolor no son permitidas por Dios con el propósito de devastarnos, ser unos fracasados, vivir sin esperanza y dejarnos como trapos inútiles. Por el contrario, Dios en su poder, tiene la capacidad de "reciclar" nuestro dolor, es decir, convertir algo aparentemente inservible, en algo útil. Si no lo crees, estudia la vida de José y ve como todo el dolor que sufrió por causa de sus propios hermanos, terminó siendo lo que salvó a dos naciones.
"... Pensaron hacerme mal, pero Dios transformó ese mal en bien" Gén. 50:20

Dios es especialista en tomar lo "inservible" y en su gracia transformarlo para que seamos restaurados por su infinito amor. Mientras más sufrimos, mayor consuelo recibimos de su parte. Él es quien seca nuestras lágrimas, cuando ya no queda nadie a nuestro lado para hacerlo. Es de Él que recibimos la fortaleza, el ánimo y la esperanza para levantarnos y seguir adelante, aún en medio del dolor.
Dios está empeñado en usarnos como "agentes de consolación", y para ello es importante disponernos para que en sus manos, las pruebas y el dolor vivido sean usados para ir consolar y bendecir a otros.
¿Estás listo para ir en ayuda de otros? Comencemos por hacer a un lado nuestro dolor.