lunes, 8 de noviembre de 2010

Atrapar Burbujas



Dios llene tu vida estimado lector, dejo contigo un devocional de www.especialidadesjuveniles.cl, espero sea de bendición para tu vida, para mi lo es.


Atrapar Burbujas. (Por Patricia Marroquín)

Disfruto enormemente ver a mis nietas cuando corren por todas partes, tratando de atrapar las burbujas de jabón que yo les hago. Ellas están convencidas de que lograrán atrapar algunas de ellas sin reventar. Aunque, como es de suponer, por más empeño que le pongan, cuando atrapan una burbuja, ésta revienta entre sus manitas, quedando con nada más que aire.

Este juego me recordó a Salomón, el último rey de Israel, célebre por su riqueza, poder y sobretodo por la sabiduría que le fue concedida por Dios. En Eclesiastés se narra su incesante búsqueda por encontrarle sentido a la vida.

Salomón también corrió detrás de miles de "burbujas", ni una sola de ellas quedó lejos de su alcance. Gracias a su poder, riqueza y autoridad tuvo acceso a todo lo que pueda cruzar por nuestra mente. Lo probó todo, no se le escapó nada. Literalmente lo conoció y lo tuvo todo. Sin embargo, él mismo después de haber corrido tras placeres, emociones, cosas y personas varias, después de haberlo experimentado todo, al final la magia terminaba reventando cual burbuja, dejándolo aburrido, con un tremendo vacío interior e insatisfacción personal. ¡Nada tenía sentido!
"Y he observado todo cuanto se hace en esta vida, y todo ello es absurdo, ¡es correr tras el viento!" Ecl. 1:14

No es raro caer en lo mismo que Salomón. Solemos correr tras "burbujas", la absurda tendencia de afanarnos para atesorar, (y terminar adorando), aquellas cosas o personas que supuestamente nos darán la satisfacción personal que tanto anhelamos; pero, lamentablemente no es así. Podemos pasar meses, años, la vida entera luchando por obtener el reconocimiento de otras personas, el mejor puesto, los mejores proyectos, la mejor casa, la familia perfecta, el cuerpo ideal, etc. Sin embargo, no podremos lograr nada de eso cuando hemos descuidado lo principal: nuestra relación con Dios.

"En realidad Dios da sabiduría, conocimiento y alegría a quien es de su agrado" Ecl. 2:26ª

Al final de su vida Salomón terminó por admitir que todo lo que él había hecho y logrado fue vanidad. Todos sus logros sólo lo desviaron de luchar por aquello que verdaderamente traería plena satisfacción a su vida, nuestra relación íntima con Dios.

Señor, líbrame de correr tras burbujas que te sacan a ti del trono y que sólo traen frustración a mi vida. Quiero correr contigo para que mi vida tenga sentido.

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