¿Adivina quién viene a comer?

Querido lector, espero estés muy bien y día a día avanzando a la meta y siguiendo el camino que es Jesús, dejo a continuación un devocional de Patricia Marroquín de Especialidades Juveniles Chile (www.especialidadesjuvenies.cl), espero sea de bendición, para mi lo fue, tiene un hermoso desafío, que sabemos, pero a veces no hacemos...



¿Adivina quién viene a comer?
Por Patricia Marroquín.

Cuenta una hermosa anécdota sobre un niño que se propuso salir de viaje para ir a conocer a Dios. Supuso que sería un largo viaje, así que preparó su bolso, metió en él sus pastelitos favoritos y unos cuántos refrescos para el camino.
Habiendo caminado algunos minutos, el cansancio y el calor le hicieron tomar un descanso para refrescarse. Se sentó en el banco de un parque junto a una ancianita que observaba unas palomas.
Estaba listo para tomar un refresco y comerse un pastelito, cuando notó que la abuelita a su lado tenía hambre. Sin pensarlo mucho le regaló su pastelito y la viejita agradecida le respondió con una hermosa sonrisa. El chico quedó encantado con esa carita por lo que también le dio su refresco. Ella le volvió a sonreír y el chico quedó doblemente encantado.
Sin decir una sola palabra ambos compartieron por largo rato viendo la naturaleza y saboreando la comida, hasta que comenzó a oscurecer y el chico decidió regresar a casa, no sin antes darle un espontáneo abrazo a tan dulce viejita y ella nuevamente le regaló la más duce de sus sonrisas.

De regreso en su casa la madre del chico se sorprendió al verlo tan feliz y le preguntó cuál era el motivo de tanta felicidad, a lo que su hijo respondió:
- Es que ¡Hoy almorcé con Dios mamá! Y antes de que su mamá contestara algo, añadió:
- Y ¿sabes qué? ¡Tiene la sonrisa más hermosa que he visto!

Por su parte, la viejecita también regresó a su casa radiante de felicidad y su hijo le preguntó el motivo, a lo que ella respondió:
- ¡Hoy comí pastelitos con Dios en el parque! Y antes de que su hijo comentara algo, añadió:
- ¿Y, sabes? ¡Es más joven de lo que pensaba!"

Dios obra de maneras poco convencionales. Él pudo haber dejado un séquito de ángeles que volaran por todo el mundo supliendo las necesidades, orando, sanando, liberando, etc., a muchos hambrientos física y espiritualmente hablando, sin embargo prefirió darnos ese honor y privilegio a nosotros.

Su palabra dice que somos embajadores de Cristo:
"Así que somos embajadores de Cristo; Dios hace su llamado por medio de nosotros. Hablamos en nombre de Cristo cuando les rogamos: "¡Vuelvan a Dios!". 2ª Cor.5:20
¡Somos sus representantes personales! Tan sólo imagina el ministerio que nos ha encomendado: Somos las manos, los pies, los ojos, la boca, etc. de Cristo aquí en la tierra.
Una de las formas más poderosas y eficaces en las que Dios habla hoy a quienes no le conocen, es a través de sus representantes: nosotros sus hijos, ¡waw!

Señor: te rogamos que tu hermosura esté permanentemente actuando en nosotros de modo tal que cuando compartamos con aquellos que nos rodean, (sobre todo aquellos que aún no te conocen), ellos no nos vean a nosotros, sino que te puedan ver a Ti.