miércoles, 12 de mayo de 2010

Una botella



Este devocional fue enviado por www.especialidadesjuveniles.com espero sea de bendición para uds.

UNA BOTELLA

Un rey decidió invitar a todos sus súbditos al matrimonio de su hija. Estaba feliz y deseaba festejar ese gran día con todo el pueblo. Al invitarlos les hizo un pedido muy especial: - "Amado pueblo, como saben, mi hermosa hija se casará pronto y mi deseo es que todos ustedes compartan nuestra felicidad. Quiero que todos estén presentes, lo único que les pediré para ese día es que cada uno de ustedes lleve de regalo una botella de vino para la celebración de la fiesta de bodas".

Llegó el gran día, al palacio fueron llegando los invitados y en la medida en que lo hacían, cada uno debía verter el contenido de su botella de vino en unos toneles que el rey había ordenado preparar en el patio del palacio.
Entre los súbditos hubo uno que pensó que no iba a ser necesario que él llevara su botella de vino, más que mal, pensó, todos llevarían su botella, no pasaría nada si él no lo hacía. Y para disimular el hecho, él llevaría su botella llena de agua.
Al llegar al palacio vació su botella de agua en uno de los toneles donde cada invitado había echado el vino.
Llegó el momento en que el rey quiso disfrutar del buen vino que sus súbditos habían traído. Los hizo pasar al patio y, con una copa en su mano abrió el primer tonel, y para sorpresa de todos, sólo salió agua. El rey estaba muy confundido, pasó al segundo tonel, lo abrió, probó y de nuevo sólo salió agua. Muy preocupado fue al tercer tonel, y al cuarto y al resto... y ¡sucedió lo mismo con todos! Estaba tan irritado, muy decepcionado y herido a la vez.
¿Qué pasó? Simplemente todos los invitados pensaron lo mismo:
- "No importa que yo no lleve mi vino, el resto si lo hará, así es que nadie lo notará".

Aplica el ejemplo del vino a cualquier otra cosa que puedas estar "entregando", y medita en la actitud con la que a veces actuamos dentro del Cuerpo de Cristo.
Nos gusta se parte del Reino, ser considerados y estar incluidos en la lista de los invitados del Rey, estar donde "las papas queman", en las celebraciones, no nos perdemos ni una... ¡siempre y cuando el precio de nuestro servicio no sea muy alto!... (tenemos nuestras justificaciones):
- Es que yo trabajo todo el día, tengo que atender a mis hijos, mi esposa-o me está esperando en casa, vivo tan lejos de la iglesia, no tengo dinero, estoy tan cansado-a... etc. Pero... ¿cuál es el problema?, no se preocupen, al fin y al cabo siempre está ese grupito minoritario de "hermanitos" que hacen todo... ellos nunca faltan...

"Levántate, pues ésta es tu responsabilidad; nosotros te apoyamos. ¡Cobra ánimo y pon manos a la obra!". Esd. 10:4
Entendamos que en el Cuerpo de Cristo el trabajo para el Reino debe ser de un equipo, no sólo de una persona. Cada uno en su función, con diferentes responsabilidades, usando los dones y capacidades que Dios nos ha dado y ejerciendo la mejor administración de ellos. La extensión del Reino es un trabajo de TODO el cuerpo, no sólo de unos cuantos "hermanitos mentholatum".

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