domingo, 14 de abril de 2013

Mírame si quieres verte, porque imagen mía eres.

Leí una frase que escribió un amigo muy querido, no sé si él la inventó o la leyó de algún otro lugar, pero decía:
 “Hombre que te miras en las aguas para ver quién sos... mírame si quieres verte porque imagen mía sos”.

Me recordó a nuestra creación, en Génesis 1:25-27 dice:
"E hizo Dios animales de la tierra según su género, y ganado según su género, y todo animal que se arrastra sobre la tierra según su especie. Y vio Dios que era bueno. 
Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra. 
Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó."



¡Genial!, sentir y darse cuenta que Dios, nos hizo a su imagen, para nosotros un honor, para nosotros un desafío, ser como él.
La Biblia nos muestra como es Dios, Jesús nos enseña a seguir su ejemplo; como personas, muchas veces, no lo tenemos a él como ejemplo, hacemos lo que dice la primera frase, nos miramos frente a las aguas, para ver nuestro reflejo, lo que nos lleva a ser egocéntricos, o individualistas e imperfectos. 
Debemos ser un reflejo de Dios, Él debe ser nuestro ejemplo a seguir. Muchas veces seguimos al cantante que está a la moda, al actor o actriz que hace papeles espectaculares, a un líder político, religioso, etcétera, una persona con fallas igual que nosotros.
Si queremos ser perfectos, como la palabra de Dios nos dice ser (Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto. Mateo 5:48), fijemos nuestra mirada primeramente en Dios,  pero no mirándonos frente a las aguas a nosotros mismos, porque quizás veremos lo que queremos ver, o lo que queremos saber, o simplemente será erróneo, ya que nuestros ojos no ven lo mismo que la mirada de Dios.
Si queremos vernos a nosotros tal y cual somos y  buscamos encontrar el verdadero propósito de nuestras vidas, fijémonos en quien nos conoce desde antes de que naciéramos, en Dios, ya que imagen y semejanza suya somos.

Bendiciones querido lector.

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