sábado, 26 de julio de 2014

¡Cuánto más Dios!

Una de mis hermanas tuvo bebé hace un par de semanas, ella es adolescente aún, gracias a Dios, no hubo complicaciones en el parto y la bebé nació sanita, es una linda señorita. Después del parto, al perder bastante sangre a mi hermana le dio anemia, por lo que está tomando un medicamento. Hoy ella estaba con un un rostro deprimido, al parecer tenía un poco de fiebre, fue triste verla con los ojos llorosos mientra amamantaba a mi sobrina. Mi madre le preguntó con dulce voz (esa voz que solo puede entregarte alguien que te ama) que le ocurría, si le había pasado algo, mi hermana se puso a llorar y a mí, al verla se me partió el corazón (me pasa siempre cuando veo llorar a alguien) y dijo que solo se sentía un poco mal.


Fui a comprar con mi hermano unas naranjas y un remedio para ella, yo con un nudo en la garganta, pensaba en el texto de Lucas 11:11-13 mientras recordaba a mi mamá abrazando a mi hermana y hablando con cariño, preocupada por su estado; meditaba en que nosotros siendo pecadores, tratamos de entregar amor y ayudar a las personas, más aún a las que son cercanas a nosotros y agradecía a Dios, porque el nos ama mucho más (en número no lo podría cuantificar). El texto dice lo siguiente:

"¿Qué padre de vosotros, si su hijo le pide pan, le dará una piedra? ¿o si pescado, en lugar de pescado, le dará una serpiente?
¿O si le pide un huevo, le dará un escorpión?
Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan?" Lucas 11:11-13.

El contexto de este texto hace referencia a la oración, al amor y a la atención de Dios hacia nosotros, pero también el amor y la atención entre las personas (entre amigos y entre padre e hijo), los discípulos de Jesús le pidieron que le enseñe a orar. Y Jesús les dio dos ejemplos, entre los cuales estaba el del texto bíblico escrito.

Día a día podemos ver el amor de Dios, en cada detalle, como también lo podemos ver en nuestros padres, hermanos y demás familiares, nuestros amigos, entre muchas otras personas. Dios supongo pone el ejemplo de un por la relación de nosotros con él, por el interés que le da un padre a un hijo, por el amor, y la relación que hay entre ellos o que debería haber.
Antes de esto el capítulo habla de amistad (Lucas 11:5-9), de cuando nosotros vamos a pedirle algo a un amigo. Así también es Dios, nuestro amigo, y da el ejemplo de la insistencia ante nuestras solicitudes, no hay límite de horario, de tiempo, de petición, podemos ir a Él a cualquier momento.

Personalmente, agradezco ser cristiano, doy gracias de que Dios me haya buscado y encontrado, es un privilegio ser hijo del rey, agradezco la oportunidad de poder conocer a Dios como mi salvador, pero también como mi padre y como un amigo, al que puedo y puedes acudir ante momentos de dificultad, pero también para compartir nuestras alegrías, triunfos y anhelos.
Pienso, que si a mí me dio tristeza ver a mi hermana un poco enferma y agotada, ¡Cuánto más Dios!, se preocupa de nosotros y quiere lo mejor para cada uno.

Pido a Dios por tu vida y la de sus familias, y también por la mía, para que a medida que avance el tiempo, nuestra relación con nuestro padre y amigo sea cada vez mejor. Y también pido por nosotros, que al tratar de ser como Jesús, podamos demostrar nuestro amor, no solo con quienes están cerca de nosotros, si no que con todas las personas, con la abuelita que necesita cruzar la calle, con el niño que quiere una sonrisa, con la señora que va a comprar y necesita ayuda con sus bolsas, con el mendigo que desea un vaso de café, con el compañero que busca una palabra de ánimo, con nuestro enemigo que necesita ayuda, etcétera.

Bendiciones querido lector.

No hay comentarios:

Publicar un comentario