jueves, 15 de julio de 2010

La llave



El otro día en la iglesia creo que Dios me dio a través de alguien el título e idea para este tema… Compara tu vida con una casa y el cielo como un gran palacio. Dios tiene algo que decirte el día de hoy, Dios te ofrece la llave de su casa, de su palacio, Él quiere hacerte parte de ese lugar y tratarte como a un hijo, ¿Imaginas como viven los hijos de un rey?

En la Biblia encontramos una historia muy interesante, que es la famosa parábola del hijo pródigo (Lucas 15: 11-32)
“11 También dijo: Un hombre tenía dos hijos;
12 y el menor de ellos dijo a su padre: Padre, dame la parte de los bienes que me corresponde; y les repartió los bienes.
13 No muchos días después, juntándolo todo el hijo menor, se fue lejos a una provincia apartada; y allí desperdició sus bienes viviendo perdidamente.
14 Y cuando todo lo hubo malgastado, vino una gran hambre en aquella provincia, y comenzó a faltarle.
15 Y fue y se arrimó a uno de los ciudadanos de aquella tierra, el cual le envió a su hacienda para que apacentase cerdos.
16 Y deseaba llenar su vientre de las algarrobas que comían los cerdos, pero nadie le daba.
17 Y volviendo en sí, dijo: !Cuántos jornaleros en casa de mi padre tienen abundancia de pan, y yo aquí perezco de hambre!
18 Me levantaré e iré a mi padre, y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti.
19 Ya no soy digno de ser llamado tu hijo; hazme como a uno de tus jornaleros.
20 Y levantándose, vino a su padre. Y cuando aún estaba lejos, lo vio su padre, y fue movido a misericordia, y corrió, y se echó sobre su cuello, y le besó.
21 Y el hijo le dijo: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti, y ya no soy digno de ser llamado tu hijo.
22 Pero el padre dijo a sus siervos: Sacad el mejor vestido, y vestidle; y poned un anillo en su mano, y calzado en sus pies.
23 Y traed el becerro gordo y matadlo, y comamos y hagamos fiesta;
24 porque este mi hijo muerto era, y ha revivido; se había perdido, y es hallado. Y comenzaron a regocijarse.
25 Y su hijo mayor estaba en el campo; y cuando vino, y llegó cerca de la casa, oyó la música y las danzas;
26 y llamando a uno de los criados, le preguntó qué era aquello.
27 Él le dijo: Tu hermano ha venido; y tu padre ha hecho matar el becerro gordo, por haberle recibido bueno y sano.
28 Entonces se enojó, y no quería entrar. Salió por tanto su padre, y le rogaba que entrase.
29 Mas él, respondiendo, dijo al padre: He aquí, tantos años te sirvo, no habiéndote desobedecido jamás, y nunca me has dado ni un cabrito para gozarme con mis amigos.
30 Pero cuando vino este tu hijo, que ha consumido tus bienes con rameras, has hecho matar para él el becerro gordo.
31 Él entonces le dijo: Hijo, tú siempre estás conmigo, y todas mis cosas son tuyas.
32 Mas era necesario hacer fiesta y regocijarnos, porque este tu hermano era muerto, y ha revivido; se había perdido, y es hallado.”
Aquí podemos ver como el padre recibe a su hijo a pesar de todo lo que él hizo, había derrochado todo lo que le había heredado, nosotros muchas veces somos así, Dios nos da de todo, salud, bienes materiales, inteligencia, nos da libertad para hacer todo lo que queramos, y nuestra opción muchas veces es seguir la pasión del mundo o que la carne nos ofrece, por un tiempo nos sentimos bien, pero después nos damos cuenta de los errores que hemos cometido, a veces con las consecuencias abrimos los ojos y es ahí cuando comenzamos a juzgarnos, a castigarnos, a deprimirnos, pero ¡alto!, hay alguien que a pesar de todo está cada momento esperando a que su hijo llegue, está dispuesto a recibirlo, a darle de comer y beber el alimento más puro, de abrazarlo, de guiarlo y ayudarlo, de hacer fiesta en el palacio.
Es así como Dios en este momento está esperándote, yo no sé cómo está tu vida hoy, pero si sé algo que es lo que pasa con la mía, está necesitada de un Padre que te ame a pesar de todo y que esté dispuesto a rescatarte del hoyo más profundo y que tú crees imposible de salir y sabes, ese Dios te dio una llave, y esta tiene forma de cruz, siempre va a hacer la misma, Jesús, él vino al mundo para morir por ti (y por mí),  entregarte la llave para que puedas entrar al cielo; a pesar de que actuemos como el hijo pródigo el padre nunca cambiará la chapa de la casa, porque somos herederos y Él quiere que estemos ahí, no se mudará porque ese es el reino eterno, y no quiere que tú te vayas, quiere que vivas con él, es así también como lo quiere conmigo. A veces pensamos, ¿qué puedo hacer? , ¿Acaso yo merezco esa llave y entrar a ese lugar?, lo que podemos hacer es orar a Dios, pedirle perdón por nuestros pecados y recibir esa llave hecha por Jesús, esa llave de amor, cubierta de sangre, y pedirle que entre en nuestras vidas y en nuestro corazón, y con respecto a si merecemos, claro que no, pero Dios por su gracia, por su misericordia y amor nos da esa oportunidad.
¿Aceptarías la llave de Jesús? ¿Quieres volver a Él?, no importa lo que hayas hecho, a ti y a mí Dios nos acepta tal cual somos, Él es quien nos perfecciona, Él está esperando el momento a que te decidas a regresar, quiere besarte y abrazarte, está esperando para que te de su amor, si es la primera vez en que recibes esta invitación de tomar la llave, o si ya la habías recibido pero quisiste alejarte, no te sientas mal, el Señor espera que tú confieses con tu boca que lo aceptas y que vuelves a sus brazos como el hijo pródigo arrepentido.
Medita en esta parábola y vuelve a Dios, ora a Él y entrégale las llaves de tu casa para que pueda tener el control en ti y para que haga una limpieza.
Querido lector, Dios te bendiga, y espero tomes las mejores decisiones en tu vida, guiadas por nuestro padre.

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