jueves, 29 de agosto de 2013

Mateo 27:55-66.

 "Estaban allí muchas mujeres mirando de lejos, las cuales habían seguido a Jesús desde Galilea, sirviéndole,
entre las cuales estaban María Magdalena, María la madre de Jacobo y de José, y la madre de los hijos de Zebedeo.
Cuando llegó la noche, vino un hombre rico de Arimatea, llamado José, que también había sido discípulo de Jesús.
Este fue a Pilato y pidió el cuerpo de Jesús. Entonces Pilato mandó que se le diese el cuerpo.
Y tomando José el cuerpo, lo envolvió en una sábana limpia,
y lo puso en su sepulcro nuevo, que había labrado en la peña; y después de hacer rodar una gran piedra a la entrada del sepulcro, se fue.
Y estaban allí María Magdalena, y la otra María, sentadas delante del sepulcro.
Al día siguiente, que es después de la preparación, se reunieron los principales sacerdotes y los fariseos ante Pilato,
diciendo: Señor, nos acordamos que aquel engañador dijo, viviendo aún: Después de tres días resucitaré.
Manda, pues, que se asegure el sepulcro hasta el tercer día, no sea que vengan sus discípulos de noche, y lo hurten, y digan al pueblo: Resucitó de entre los muertos. Y será el postrer error peor que el primero.
Y Pilato les dijo: Ahí tenéis una guardia; id, aseguradlo como sabéis.
Entonces ellos fueron y aseguraron el sepulcro, sellando la piedra y poniendo la guardia."
Mateo 27:55-66.
Muchos dudaron que Jesús era el Hijo de Dios, muchos temieron que Jesús resucitaría, después de lo que pasó cuando murió, después de lo qué él había dicho, prefirieron resguardarse, nosotros también (por lo menos a mí me ha pasado) he dudado o dudé de Dios, pero él mismo me ha guiado a seguir creyendo en nuestro salvador, nosotros sabemos qué pasa después, sabemos que él resucita, quizás estos dudaron y se arrepintieron, como nosotros que dudábamos o no sabíamos de Jesús, pero nos arrepentimos y le seguimos. Bendiciones.

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